Ante los retos medioambientales y sociales, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se ha convertido en un imperativo estratégico para preparar el futuro. En un momento en que las expectativas de consumidores, empleados e inversores son más altas que nunca, una estrategia de RSE es esencial si queremos combinar un crecimiento sostenible con un impacto positivo. Descubra cómo una estrategia de RSE bien pensada permite a las empresas diferenciarse y actuar para un futuro más responsable.

La estrategia de RSE, el nuevo must-have de las empresas con visión de futuro

La importancia de la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) sigue creciendo en el panorama empresarial. Ante los retos medioambientales y sociales actuales, las empresas se ven cada vez más presionadas para tomar medidas concretas. Y ello independientemente de su tamaño o sector de actividad. Las grandes empresas ya no son las únicas que se comprometen con estrategias de RSE. Muchas pequeñas y medianas empresas también están tomando medidas para integrar los principios de la responsabilidad social y medioambiental en sus operaciones.

Expectativas crecientes tanto de los consumidores como de los empleados.

Las expectativas de las partes interesadas respecto a las empresas nunca han sido tan altas. Según un estudio de Kantar (2022), más del 80% de los consumidores son más proclives a comprar a empresas que demuestren un fuerte compromiso con la sociedad. Al mismo tiempo, los empleados expresan un mayor deseo de trabajar para empresas responsables. Según el Barómetro RSE 2024 de Vendredi, el 68% de los empleados desea recibir formación en temas medioambientales y sociales. La guinda del pastel: una encuesta de PwC muestra que el 72 % de los millennials prefiere trabajar para una organización con una estrategia clara de RSE.

Estas cifras demuestran que el compromiso de RSE se ha convertido en una palanca estratégica. Influye tanto en la fidelidad de los clientes como en la atracción de talentos.

Y los inversores

Otras partes interesadas, como los inversores, están aumentando la presión. Cada vez son más los que incorporan criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en sus decisiones. En 2023, los fondos de inversión ESG atrajeron más de 50.000 millones de dólares en todo el mundo, prueba del creciente interés por la RSC en los círculos financieros.

Estrategia de RSE: definición y alcance

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no es sólo una iniciativa aislada o una declaración de principios. Es una parte transversal de la estrategia corporativa. La RSE orienta sus decisiones y acciones para satisfacer las expectativas de sus grupos de interés, al tiempo que pretende tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.

Definición y principios fundamentales

La estrategia de RSE se refiere a todos los compromisos y acciones que una empresa pone en marcha para integrar las cuestiones sociales, medioambientales y económicas en sus actividades. No debe confundirse con el informe de RSE. No debe confundirse con el informe de RSE, que da cuenta del impacto de las acciones pasadas, ni con la carta de RSE, que establece los valores y objetivos generales de la empresa. La estrategia de RSE es un plan estructurado y dinámico. Define prioridades e iniciativas concretas a corto, medio y largo plazo.
Una estrategia de RSE bien diseñada se basa en tres principios:

  1. Sostenibilidad: perseguir acciones que aporten beneficios duraderos, tanto para la empresa como para la sociedad.
  2. Transparencia: comunicar con transparencia nuestras acciones y resultados.
  3. Mejora continua: evaluar y ajustar periódicamente los objetivos y acciones en marcha para reforzar el impacto de la estrategia.

¿Cuáles son los problemas actuales de la RSE?

La aplicación de una estrategia de RSE responde a una serie de cuestiones medioambientales, sociales y económicas. A menudo vienen determinadas por las expectativas de las partes interesadas, término que incluye a todas las personas o grupos afectados directa o indirectamente por la actividad de la empresa (empleados, clientes, proveedores, comunidades).

Cuestiones medioambientales

Entre ellos figuran la lucha contra el cambio climático, la reducción de la huella de carbono, la gestión de los residuos y la protección de la biodiversidad. Con un 78% de empleados que afirman preferir unirse a una empresa comprometida con la transición ecológica a una oferta equivalente (estudio de CSA para LinkedIn y ADEME, 2023), las empresas ya no pueden ignorar este pilar. Muchas están adoptando prácticas más sostenibles: uso de energías renovables, ecodiseño de productos, prácticas rigurosas de reciclaje, etc.

Cuestiones sociales

Hablamos del bienestar y las condiciones laborales de los empleados, de la diversidad y la inclusión, así como del compromiso con las comunidades locales. Son preocupaciones cada vez más presentes en las expectativas de los empleados, que quieren trabajar para empresas que se preocupan por su impacto social.

Cuestiones económicas

Se refieren a un desarrollo más sostenible, una gobernanza responsable y unas relaciones éticas con proveedores y socios. Si gestionan bien estas cuestiones, las empresas pueden mejorar su reputación, fidelizar a sus clientes y garantizar su rentabilidad a largo plazo.

💡 Por definición, una estrategia de RSE abarca todos los ámbitos de actividad de una empresa. Dada esta visión macro y micro, no es fácil definir los retos de una estrategia de RSE, sobre todo para las EVE/PYME que no disponen de departamentos dedicados.

¿Por qué desarrollar una estrategia de RSE para su empresa?

Como se habrá dado cuenta, la RSE es ahora esencial para las empresas que buscan combinar el rendimiento económico con un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Es parte integrante de la estrategia global de la empresa, diseñada para satisfacer las crecientes expectativas de consumidores, empleados y otras partes interesadas.

Los beneficios de una estrategia de RSE para las empresas

Más allá del impacto en el medio ambiente y la sociedad, la aplicación de una estrategia de RSE aporta beneficios directos, entre ellos :
• Mejora de la imagen de marca y la reputación, esencial para la diferenciación en un mercado en el que se valoran las prácticas más responsables.
• Atractivo como empleador: una estrategia que incluya iniciativas de bienestar, diversidad e inclusión fomenta el compromiso y la retención del talento.
• Optimizar las operaciones mediante prácticas sostenibles, como el reciclaje y la reducción de la huella de carbono, que limitan los costes a largo plazo y fomentan la reinvención de los modelos de producción para avanzar hacia una mayor circularidad.

5 etapas clave para poner en marcha una estrategia de RSE

Elaborar una estrategia de RSE eficaz requiere un planteamiento estructurado, paso a paso. He aquí los pasos esenciales para iniciar el proceso y garantizar su éxito.

Analizar el impacto de sus actividades

Antes de definir acciones concretas, es esencial realizar un análisis del impacto social, medioambiental y económico de la empresa. Esta etapa incluye un análisis de la cadena de valor, desde los proveedores hasta los productos acabados, con el fin de identificar las áreas susceptibles de mejora. Esto puede implicar :
• Huella de carbono
• Una matriz de materialidad
• Un análisis del ciclo de vida de los principales productos/servicios de la empresa, para identificar su impacto y las áreas de mejora.

Involucrar a las partes interesadas (empleados, clientes, accionistas, ONG, autoridades públicas, etc.) es un componente clave de una estrategia de RSE. Entablar un diálogo con ellos permite a la empresa comprender mejor sus expectativas e identificar las cuestiones prioritarias. Esta escucha proactiva puede adoptar la forma de encuestas, talleres de colaboración o entrevistas.

Definir objetivos claros y mensurables

La estrategia de RSE debe incluir objetivos precisos, alineados con los valores y la visión de la empresa. Estos objetivos pueden incluir, por ejemplo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% en cinco años o la obtención de etiquetas de desarrollo sostenible para determinados productos. Marcos como ISO 26000 o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) también son guías útiles.

Aplicar las medidas e integrarlas en los procesos

Una estrategia de RSE no debe quedarse en un plan teórico. Las acciones concretas, como la elección de compras responsables, la introducción de políticas de reciclaje o el desarrollo de programas de formación para los empleados, deben integrarse en los procesos internos de la empresa. Por tanto, debe formalizarse con un plan de acción y supervisarse a lo largo del tiempo.

Control y ajustes

La estrategia de RSE debe evaluarse periódicamente para medir los avances e identificar las áreas susceptibles de mejora. Los informes de RSE registran los resultados obtenidos y permiten reajustar la hoja de ruta y las expectativas si es necesario. También es una herramienta importante para ofrecer a las partes interesadas transparencia sobre los progresos de la empresa.

Seguimiento y evaluación de la estrategia de RSE

Como acabamos de explicar, el éxito de una estrategia de RSE depende no sólo de la puesta en marcha de acciones concretas, sino también del seguimiento riguroso de su impacto y de la mejora continua de las prácticas. Para garantizar la transparencia y demostrar el compromiso de la empresa, las herramientas de información y evaluación son inestimables.

El informe anual de RSE

El informe de RSE es una herramienta de transparencia esencial para las empresas comprometidas con la responsabilidad social corporativa. Consiste en informar sobre las acciones emprendidas y los resultados obtenidos en los ámbitos social, medioambiental y económico. Publicado anualmente, este informe de RSE permite a las empresas reforzar la confianza de sus interlocutores y ajustar su hoja de ruta a corto y medio plazo, sin perder de vista sus objetivos a largo plazo.

Basarse en normas y certificaciones

Entre las herramientas de información disponibles, normas internacionales como la ISO 26000 proporcionan un marco de referencia para la responsabilidad social de las empresas. Enumeran una serie de acciones que deben emprenderse para cumplir esta norma voluntaria, que debe distinguirse de la certificación.

Para ir más lejos, algunas empresas optan por cumplir normas que conducen a la certificación, como la exigente certificación B Corp(TM). Esta certificación reconoce a las empresas que cumplen rigurosas normas de comportamiento social y medioambiental, responsabilidad y transparencia.

Otras normas de información, como la Global Reporting Initiative (GRI), nos permiten elaborar informes de desarrollo sostenible utilizando indicadores precisos y reconocidos internacionalmente.

💡 Estos informes ayudan a las empresas a estructurar su enfoque de la RSE y a comunicar sus compromisos de forma más completa y clara.

Medición del rendimiento y mejora continua

Para que una estrategia de RSE sea eficaz, es necesario evaluar periódicamente sus resultados. Las empresas optan por controlar los indicadores clave de rendimiento (KPI) en los ámbitos social, medioambiental y económico, como :
• Indicadores sociales: satisfacción de los empleados, diversidad e inclusión, condiciones de trabajo.
• Indicadores medioambientales: reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de energía, volumen de residuos reciclados.
• Indicadores económicos: ahorro conseguido mediante prácticas sostenibles, fidelidad de los clientes, asociaciones éticas con los proveedores.

El enfoque de mejora continua es esencial en este caso. Consiste en reevaluar periódicamente las ambiciones y las acciones para garantizar que siguen estando en consonancia con las expectativas de las partes interesadas y las cuestiones de desarrollo sostenible.

💡 Mediante la integración de herramientas de información y el seguimiento de los indicadores de resultados, las empresas pueden adaptar y enriquecer su estrategia de RSE a lo largo del tiempo. Este proceso es una garantía de credibilidad y una prueba concreta de su compromiso de RSE ante sus socios, clientes y empleados.

La última palabra

La RSE se está convirtiendo en una palanca estratégica esencial para las empresas que desean combinar el rendimiento con una reducción de su impacto, o incluso con un impacto positivo. Al responder a las crecientes expectativas de la sociedad, una estrategia de RSE permite a las empresas redefinir su papel y abrir nuevas perspectivas para un futuro más sostenible. Las empresas comprometidas con este enfoque se posicionan como agentes del cambio, dispuestas a inspirar y transformar su sector.

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